lunes, 1 de septiembre de 2008

Alguien no me aviso


Hoy amanecí con una nostalgia anacrónica, si es que acaso no todas lo son, pero esta tenía algo especial, venían a mi mente apodos, nombres, apellidos y secciones completas de personas que compartieron mi vida en épocas oscuras y remotas, como lo son las del colegio, no habría nada de espectacular en esto, si no fuera por el pequeño detalle que no suelo evocar recuerdos con más de 1 año de antigüedad, por un tema de higiene mental y administración “racional” de mi tiempo y porque tengo 34 años.
Esbocé muchas teorías de por qué este “atropello” a mi presente, y tal vez de las teorías presentadas, la que gano más credibilidad, al menos eso me pareció , fue la que describía mi presente inmediato, como una gran cantidad de hechos que simple y llanamente , no me importan de momento y a falta de alguna contribución cosmopolita o de inventiva creatividad literaria, me veo en la poco ética y facilista solución de recordar aquellos pintorescos personajes que ganaron mi atención en algún momento, ya sea por sus tipicidades de adolecente o por sus atipicidades de adolecente que en buena cuenta describen a un adolecente.
Encontradas y aprobadas las “bases “de este revés al tiempo y cual J.J. Benítez, me inmiscuyo rápidamente y viajo fuera del tiempo en mi “Caballo de Troya”…y es así como rápidamente y antes de que se eclipse mi fallida memoria ingreso al portal de HI5 los nombres, apodos y cualquier dato que pueda dar con el paradero de mis “extraviados” compañeros. Y mientras pasa el tiempo, en mi poco emocionante aventura, digna de un nerd en PlayStation, aparecieron personajes cambiados, muchos de ellos aun con esa mirada ganadora en una apariencia perdedora, muchos casados, con hijos, divorciados, sin cabello.
Entonces observe por primera vez un detalle que no adverti antes, seguramente andaba distraido en una pavada, pero hoy andaba atento, vi entre las fotografias y los comentarios "originales", que goteaba de modo casi imperceptible, pero al fin de cuentas alli presente, una verdad que alguien no nos dijo de niños, tal vez por no alarmarnos y por que esas cosas no se ceuntan asi nomas para no crear pánico en nuestras mentes aun en formación, o tal vez porque sabían que hay verdades que no pueden ser enseñadas y son única y exclusivamente aprendidas a costo de vivirlas.
Me referia al hecho que nadie y repito n-a-d-i-e nunca nos dijo, que estábamos muriéndonos y cada día un poco más.

Omar Gavidia

Ratings by outbrain