Al lado de la oscuridad, nadie es quien parece, estaba cerca, al lado, encima debajo, mientras andaba sin luz, podía sentir mi corazón latir con fuerza en medio de mi pecho, la respiración se cortaba y por momentos perdía el ritmo, luego me detenía completamente para evitar que alguien me siguiera, el camino no permitía que vea , mis ojos luchaban por diferenciar lo real de lo que no estaba allí, y al parecer no había nadie, solo me pareció escuchar minutos antes el susurro de la vida pasar cerca a mi.
La noche es especial, puede sacar lo mejor de mi, de la mano de mis bellas monstruosidades, me esconde por que debajo también soy bestia y fantasma, esconde con sombras lo evidente de mis pensamientos y saca lentamente mi alma escurridiza. Esa que nadie tomo antes en sus manos, esa que desea el odre viejo, esa que lucha sin motivos y resucita sin razones.
Allí en medio del camino me detengo y rezo una plegaria moribunda para saldar la cuenta de mis oraciones, ninguna palabra se me quedo en el tintero ninguna lagrima se quedaron en mis ojos todas las gaste para ser mejor y llegar al camino donde me he perdido.
No hay estrellas ni lecho al norte no hay camino ni luz en el horizonte, solo esta el camino, yo y una sombra que se esconde a la distancia.
La noche es especial, puede sacar lo mejor de mi, de la mano de mis bellas monstruosidades, me esconde por que debajo también soy bestia y fantasma, esconde con sombras lo evidente de mis pensamientos y saca lentamente mi alma escurridiza. Esa que nadie tomo antes en sus manos, esa que desea el odre viejo, esa que lucha sin motivos y resucita sin razones.
Allí en medio del camino me detengo y rezo una plegaria moribunda para saldar la cuenta de mis oraciones, ninguna palabra se me quedo en el tintero ninguna lagrima se quedaron en mis ojos todas las gaste para ser mejor y llegar al camino donde me he perdido.
No hay estrellas ni lecho al norte no hay camino ni luz en el horizonte, solo esta el camino, yo y una sombra que se esconde a la distancia.
Omar Gavidia
