El niño pasa tiempo , todas las tardes, luego de la escuela en su lugar favorito , la azotea, al lado de las palomas y el viento de la tarde, con el sol que colorea sus mejillas. Desde su puesto de ensueño toma su lápiz y dibuja aves, de las que suele mirar, algunas veces dibuja bandadas y otras veces dibuja el fino detalle de plumas y colores en ellas. Dibuja y solo dibuja y mientras lo hace es feliz. Sonríe, borra, delinea, inventa.
El niño pasa tiempo en la azotea, todas las tardes luego de la escuela donde toma su lápiz y dibuja aves y luego, cuando ya tiene muchas dibujadas, se acerca al borde de la azotea con sus hojas, y deja en libertad sus aves que vuelan libres por todos lados, el niño mira cómo se alejan y vuelan pero además, el está completamente convencido que no importa donde caigan, alguien las encuentra y recoge para luego, con amabilidad y ternura, cuidarlas.
Omar Gavidia.
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