lunes, 22 de febrero de 2010

1 + 1 = 3

Cuando llegue al colegio para dar el examen de ingreso  no sentía temor, literalmente estaba petrificado. Por alguna razón, en casa pensaban que ya estaba listo para postular al colegio, si ,al colegio con mis recién 5 años de edad!, lo recuerdo muy bien porque esa mañana amaneció mas temprano, esa mañana no hubo necesidad de que salga el sol para saber que ya debía estar de pie, me levante con una tristeza en el corazón, creo que por que tenía miedo partirle el corazón a la gente que amaba y  creían en mí, no tenía el valor para decir que no me sentía listo, uno nunca esta listo,. Sus sonrisas sus miradas, casi me llevaban a no querer romper con mi desarmonía las melodiosas esperanzas que se juntaban a mi alrededor.

Me coloque mis zapatos lustrosos, esos que solo usaba en momentos especiales según decía mi madre, y caminamos hacia aquel lugar gigantesco. Aun lejos dantes de llegar al recinto que me aguardaba, pensaba en lo que sucederia si las cosas no salian bien, veía el rostro de decepción de mi madre, NO!, eso no!, todo menos eso. Hay que cambiar la actitud pensé, tal vez tengo suerte y me preguntan los colores en ingles, o tal vez lo que esta adelante o al costado, por favor que alguien me ayude!!!.

Los jardines del colegio eran bellicismos, casi me inspiraban algo de paz  el poder mirar las aves volar y el cielo abierto, y así llegamos hasta un frio recinto cerca de tan agradable paraíso, mis pasos se podían oír a lo largo del oscuro pasillo, y casi podía oír con más fuerza mi corazón querer salir desbocado de mi pecho, la mano de mi madre me daba algo de seguridad mientras andábamos y llegamos a una puerta marrón donde pasamos y nos hicieron esperar. Salió un amable hombre que nos llevo al salón pequeño, aun hoy, luego de tantos años, recuerdo el rostro de los niños allí sentados, yo entendía muy bien que querían decir esas miradas claro que si, ellos también podían leerme y sabían que pertenecíamos a la misma manada, eramos los caballos entrando al hipodromo de la vida.

Luego se acerco aquel hombre que nos había dirigido al salón ,  con una sonrisa se presento, yo no quería estar allí, mis manos transpiraban y mi corazón se aceleraba con cada respiración, esto no era como soñar con la ola de mar que me perseguia mientras dormia, esto era real y estaba pasando delante de mis ojos, no me despertaría y me salvaría, a decir verdad nunca más desperté de esta realidad, de esta forma de elección en este mundo.

Ahora luego de tantos años recuerdo que me entregaron un lápiz, un simple lápiz que sería la herramienta inmortal con la que lucharía con el futuro, yo lo miraba, como deseando que me respondiera, de todo el universo.

Termino  el examen, y luego  de algunas horas de espera , las sonrisas y felicitaciones llegaron, había ingresado!!!, no sé como lo hice, porque no sabía nada y marque todo con el mayor temor deseando que ocurra algo que detenga mi sufrimiento…lo curioso de este relato, es que no recuerdo ninguna pregunta ni ninguna respuesta, tampoco recuerdo bien las felicitaciones, pero si recuerdo muy claramente el pensar …Cuando llegaría la próxima prueba???, sabia en mi foro mas interno que no estaré lo suficientemente listo, ese día solo tuve suerte , pero que ocurrirá cuando la suerte no esté de mi lado.
Sin saber y al poco tiempo vinieron mas pruebas y muchas más pruebas y diferentes tipos de exámenes que resolver en mi vida, cientos de ellos, algunos por algunas notas otros por mi vida, y otros tantos por vanidad, y así llego a este  momento, donde pareciera que sigo siendo el mismo niño mirando ese lápiz entre mis manos, pensando, estará la suerte de mi lado?...

No obstante hay una gran diferencia hoy. Esta vez sin importar cuál sea la complejidad de la pregunta…ahora estoy listo, hoy se la respuesta.

Omar Gavidia

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